No va a ser la primera vez que ponga algo de esta mujer.
lunes, 29 de septiembre de 2008
martes, 16 de septiembre de 2008
Programa radial
Locutor: Muy buenas noches, aquí comienza “Ni una palabra”, el primer y único programa de la radiofonía Argentina conducido por un mimo. Damos paso a nuestro intérprete.
Mimo:
Locutor: Aquí termina nuestro programa de hoy. Muchas gracias por escucharnos. Los esperamos mañana a esta misma hora y en esta misma frecuencia del dial.
Mimo:
Locutor: Aquí termina nuestro programa de hoy. Muchas gracias por escucharnos. Los esperamos mañana a esta misma hora y en esta misma frecuencia del dial.
lunes, 15 de septiembre de 2008
Revolución según Spinetta
Periodista: "Solía decirse que el sistema prefiere gente analfabeta y sin acceso a los servicios de salud, como una forma de dominación."
Spinetta: "Ese es un viejo mito de la izquierda! ¡Como el de la colonización cultural! Creo que el complot, en esa dimensión, sí puede existir en algunos individuos que tienen la cabeza requemada y quieren joder a la gente; de hecho, existen en todo el mundo y en todas las culturas. Existieron siempre. Pero eso mismo es lo que va a generar su tumba. Porque esos pueblos oprimidos, tarde o temprano se despiertan y los pasan a degüello. Entonces lo que quiero decir es que es mucho más fácil organizar una revolución sin sangre, poniendo las cosas en su lugar de manera civilizada, no a los tiros ni haciéndose un constante boicot. Eso es típico de la ignorancia, ¡¡típico de gente mal alimentada y mal educada y mal asistida cuando sufrió..!! "
Luis Alberto Spinetta (Revista Rolling Stone, Julio de 2001).
viernes, 12 de septiembre de 2008
martes, 9 de septiembre de 2008
Jardín de infantes
El otro día pasé por un jardín de infantes.
No supe distinguir quien hablaba peor, si los padres o los niños.
Grandulones diciendo cosas como:
“Mirá el babao, ay que liiiiindo babao para los nenes”.
“Gugugu”
“A ver el dibujito… ¿ete e´ papa?”
“¡acá ta!”
“vamos… mirá que me voy eh, te dejo solo… y nene no quiere `etar´ solito…”
Y uno, que por lo menos conocía el idioma castellano, remató la escena diciendo:
“Vos ya sos grande, ya estás en salita de 4, no sos más un nene de salita de 3”.
Así que pibe, ya podés ir viendo que vas a estudiar, de qué vas a trabajar…
No supe distinguir quien hablaba peor, si los padres o los niños.
Grandulones diciendo cosas como:
“Mirá el babao, ay que liiiiindo babao para los nenes”.
“Gugugu”
“A ver el dibujito… ¿ete e´ papa?”
“¡acá ta!”
“vamos… mirá que me voy eh, te dejo solo… y nene no quiere `etar´ solito…”
Y uno, que por lo menos conocía el idioma castellano, remató la escena diciendo:
“Vos ya sos grande, ya estás en salita de 4, no sos más un nene de salita de 3”.
Así que pibe, ya podés ir viendo que vas a estudiar, de qué vas a trabajar…
lunes, 8 de septiembre de 2008
Muto - Blu
A pedido del público (nunca pensé que diría algo así), algo mas de Blu.
Esto fue hecho en Buenos Aires.
Esto fue hecho en Buenos Aires.
viernes, 5 de septiembre de 2008
Alienación III - Galeano
En épocas en donde nos quieren vender hasta un pela bananas eléctrico, nada mejor que estas líneas de Galeano.
Alaistair Reid escribe en The New Yorker, pero va poco a Nueva York.
Él prefiere vivir en una perdida playa de la República Dominicana. En esa playa había desembarcado Cristóbal Colón, algunos siglos antes, en una de sus excursiones al Japón, y desde aquellos tiempos nada ha cambiado.
De vez en cuando, el cartero asoma entre los árboles. El cartero viene doblado bajo la carga. Don Alaistair recibe montañas de correspondencia. Desde los Estados Unidos, lo bombardean las ofertas comerciales, folletos, catálogos, lujuriosas tentaciones de la civilización del consumo exhortando a comprar.
Una vez, entre el mucho papelerío llegó la propaganda de una máquina de remar. Don Alaistair la mostró a sus vecinos, los pescadores.
- ¿Bajo techo? ¿Se usa bajo techo? Los pescadores no lo podían creen:
- ¿Sin agua? ¿Se rema sin agua?
No lo podían creer, no lo podían entender:
- ¿Y sin peces? ¿Y sin sol? ¿Y sin cielo?
Los pescadores dijeron a don Alaistair que ellos se levantaban cada noche, mucho antes del alba, y se metían mar adentro y echaban sus redes mientras el sol se alzaba en el horizonte, y que ésa era su vida, y que esa vida les gustaba, pero que remar era la única parte jodida de todo el asunto:
-Remar es lo único que odiamos - dijeron los pescadores.
Entonces don Alaistair les explicó que la máquina de remar servía para hacer gimnasia.
- ¿Para hacer qué?
- Gimnasia.
- ¡Ah! Y gimnasia, ¿qué es?…
Eduardo Galeano, El libro de los abrazos.
Alaistair Reid escribe en The New Yorker, pero va poco a Nueva York.
Él prefiere vivir en una perdida playa de la República Dominicana. En esa playa había desembarcado Cristóbal Colón, algunos siglos antes, en una de sus excursiones al Japón, y desde aquellos tiempos nada ha cambiado.
De vez en cuando, el cartero asoma entre los árboles. El cartero viene doblado bajo la carga. Don Alaistair recibe montañas de correspondencia. Desde los Estados Unidos, lo bombardean las ofertas comerciales, folletos, catálogos, lujuriosas tentaciones de la civilización del consumo exhortando a comprar.
Una vez, entre el mucho papelerío llegó la propaganda de una máquina de remar. Don Alaistair la mostró a sus vecinos, los pescadores.
- ¿Bajo techo? ¿Se usa bajo techo? Los pescadores no lo podían creen:
- ¿Sin agua? ¿Se rema sin agua?
No lo podían creer, no lo podían entender:
- ¿Y sin peces? ¿Y sin sol? ¿Y sin cielo?
Los pescadores dijeron a don Alaistair que ellos se levantaban cada noche, mucho antes del alba, y se metían mar adentro y echaban sus redes mientras el sol se alzaba en el horizonte, y que ésa era su vida, y que esa vida les gustaba, pero que remar era la única parte jodida de todo el asunto:
-Remar es lo único que odiamos - dijeron los pescadores.
Entonces don Alaistair les explicó que la máquina de remar servía para hacer gimnasia.
- ¿Para hacer qué?
- Gimnasia.
- ¡Ah! Y gimnasia, ¿qué es?…
Eduardo Galeano, El libro de los abrazos.
jueves, 4 de septiembre de 2008
Cosas mías
Hoy comienzo con lo que me habia propuesto para este blog: escribir.
Si, esa era la idea principal. Una persona a la que llamaremos "X" me dijo: "che, vos que siempre andas escribiendo en un pedazo de hoja amarillenta, en una servilleta, en un boleto de colectivo, ¿por qué no escribís en un blog y de paso alguien te lee?".
Debo reconocer que no he tomado la idea de la mejor manera, incluso me atrevería a decir que estuve a punto de arrojarle a X un vaso con agua e irme corriendo mientras lloraba.
Pero no, ¡los hombres no hacen eso, canejo! Por lo que reprimí lo que sentía y ahora soy un pobre desgraciado que no puede ser feliz...
Bueno, no ha sido de esa manera, pero lo que es verdad es que nunca quise saber nada con cosas como fotologs, blogs, mouses y esas cosas que no llego aún a comprender totalmente.
Pero después recapacité y me dije: "el negro Gonzalez Oro no se abriría un blog"; y fue ahí que decidí abrirme uno, simplemente para hacer lo que estoy haciendo, pero tambien para expresarme como lo suelo hacer en un pedazo de hoja amarillenta, en una servilleta o en un boleto de colectivo, y que alguien lo pueda leer.
Como sea, aquí estoy escribiendo para usted (o para vos) algunas cosas que salen de mi cabeza, mi corazón o de mi alma. Cosas mías, diría Miguel Abuelo. Vamos a ver cuanto dura...
Si, esa era la idea principal. Una persona a la que llamaremos "X" me dijo: "che, vos que siempre andas escribiendo en un pedazo de hoja amarillenta, en una servilleta, en un boleto de colectivo, ¿por qué no escribís en un blog y de paso alguien te lee?".
Debo reconocer que no he tomado la idea de la mejor manera, incluso me atrevería a decir que estuve a punto de arrojarle a X un vaso con agua e irme corriendo mientras lloraba.
Pero no, ¡los hombres no hacen eso, canejo! Por lo que reprimí lo que sentía y ahora soy un pobre desgraciado que no puede ser feliz...
Bueno, no ha sido de esa manera, pero lo que es verdad es que nunca quise saber nada con cosas como fotologs, blogs, mouses y esas cosas que no llego aún a comprender totalmente.
Pero después recapacité y me dije: "el negro Gonzalez Oro no se abriría un blog"; y fue ahí que decidí abrirme uno, simplemente para hacer lo que estoy haciendo, pero tambien para expresarme como lo suelo hacer en un pedazo de hoja amarillenta, en una servilleta o en un boleto de colectivo, y que alguien lo pueda leer.
Como sea, aquí estoy escribiendo para usted (o para vos) algunas cosas que salen de mi cabeza, mi corazón o de mi alma. Cosas mías, diría Miguel Abuelo. Vamos a ver cuanto dura...
miércoles, 3 de septiembre de 2008
Optimismo
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