viernes, 19 de marzo de 2010

Los bomberos involuntarios de Villa Bosch

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Los bomberos involuntarios de Villa Bosch son tipos que van obligados. Ponele número bajo te salvas, número alto un año como bombero involuntario. Al fin y al cabo es mejor que la colimba.
Eso si, no tienen la mejor atención. El número de teléfono es un poco largo: 4-2533-20978-1 (interno 215, preguntar por Laura) de lunes a viernes de 10 a 15 hs. Horario de banco tienen. Paran de 12 a 13 hs para almorzar… o ir al banco.


- ¿Bomberos involuntarios de Villa Bosch en que lo puedo ayudar?
- Hola señorita…
- ¡Señora!
- Bueno, señora, la llamo porque se incendia mi casa y…
- ¿Puede usted creer que todo el mundo llama por lo mismo? ¿Qué cosa no?
- ¿Será porque ustedes son bomberos? Mire se incendia mi casa y no puedo salir de ella, por lo que necesitaría que me ayuden.
- Problemas, son todos problemas. Mire, si yo le contara…
- Yo la comprendo, pero en este momento se me incendia la casa, por favor vengan rápido.
- La rapidez es algo que nos caracteriza, señor. El otro día le decía a mi compañero si hay algo que nos caracteriza a nosotros los bomberos, es la inmediatez con la que acudimos a sofocar un diestro… siniestro. Cienfuegos se apellida uno, ¿parece joda, no? Pero créalo que es verdad. Lo que es el destino. Nosotros acá creemos mucho en el destino. Estamos destinados a algo y no lo podemos cambiar, ¿vio?… que se yo, pongale a morir en un incendio…
- Señora, todo muy interesante y hasta un poco perturbador, pero yo le pido por favor que vengan rápido porque esto arde en llamas.
- Tranquilo señor. Dígame, ¿dirección?
- Avenida San Martin 4520.
- ¡Ay, que lindo barrio! Yo me estaba por mudar por ahí, lástima que sale mucho los incendios por esa zona.
- Debe ser por los bosques señora. Por favor, ya no se como pedírselo, vengan rápido que en cualquier momento se quema hasta el cable del teléfono.
- Como no. ¿Algo más desea el señor con el pedido? ¿Algo para picar?
- Nada, solo que se apuren.
- Con 50 centavos más le podemos llevar un Sundae.
- No, gracias.
- Mire, me informan que tenemos una demora de 30 a 40 minutos ¿no hay problema?
- ¡Si que lo hay! ¡Claro que hay problema! A ver, no se si usted me entiende, estoy en el altillo de mi casa y no puedo escapar porque hay fuego por todos lados, ¿comprende? Entonces necesito que vengan a ayudarme.
- ¿Seré curiosa, como se originó el diestro… siniestro? Siempre me equivoco. Tengo problemas de lateralidad.
- Me quedé dormido con un cigarro encendido ¿¡Qué importa eso ahora?!
- Es un vicio muy feo el fumar. Lo puede matar, de hecho es lo que está haciendo ahora. Esperemos que con todo esto lo deje, ¿no´ cierto?
- ¡Si señora, si! ¿A usted le parece que van a venir o me doy por calcinado?
- ¡Prometa que va a dejar ese vicio inmundo!
- ¡A mi nadie me llama inmundo, canejo!
- No, el vicio inmundo... inmundo.
- Aaah, si, lo dejo pero...
- ¡Prométalo, no le creo!
- Si, pero mire...
- ¡No lo oigo prometer!
- ¡Lo prometo hija de puta, lo prometo. Mandame a los bomberos de una vez que se me están quemando los pelos del culo la puta que lo parió!
- Más respeto que le estoy hablando bien. Tiene suerte de haber dado con una persona de buen carácter como yo. Voy hacer como que no escuché nada y le voy a tomar su pedido, pero le recuerdo que tenemos una demora. Aún así, apenas pueda le mando al muchacho para allá
- ¿Al muchacho? ¿Tienen a un solo bombero?
- Y si, sólo a usted se le ocurre llamar en enero. El cuerpo de bomberos se encuentra de vacaciones y sólo quedamos el muchacho y yo. En realidad quedé yo sola para atender los llamados y tomar nota de los pedidos de la gente, pero me traje a mi novio para que me haga compañía. Es el muchacho del que le hablo. Bicho trabaja en una pizzería acá a la vuelta repartiendo pedidos a domicilio y cuando tiene un rato libre me da una mano con esto de los siniestros… diestros… ¡siniestros! El tipo te baja un gato de un árbol, te rompe una puerta a patadas, lo que puede ¿vio? Así que cuando vuelva se lo mando con la moto para allá, ¿le parece? … hola… ¿hola?... ¿Señor?... ¡Me dejó hablando sola!
La gente cree que porque brindamos un servicio gratuito puede llamar para molestar. Parece mentira, ya no se tiene respeto ni por los bomberos.
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viernes, 5 de marzo de 2010

Charly

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Mas allá de su sonrisa dibujada, su capacidad de improvisación, la constancia y empeño en hacer cosas nuevas o la facilidad que tenía para hacerlo a uno un poquito más feliz, un recuerdo que me viene a la memoria de Charly es cuando hace unos años había mejorado de su enfermedad y fue al recital de Rod Stewart con su mujer. Claramente no es lo que más me marcó, pero sí es algo que recuerdo con alegría.
Esa noche me suena el teléfono y desde un bullicio de 40 mil personas emerge su voz que me grita “`cuchá `cuchá” entusiasmadísimo. Por el tubo no podía oírse mucho más que ruido, algún que otro acorde por ahí medio lejano y tal vez a destiempo, pero no dejaba de ser ruido. “¿Escuchaste algo? Estoy en Velez viendo a Rod Stewart, después te llamo”.
El tipo deseaba compartir ese momento con la gente que quería, y a decir verdad deseaba compartir toda su vida con la gente que quería… su mujer, sus dos pibes, los amigos… porque ahí era feliz, tan simple como eso.
Siempre voy a estar agradecido de las cosas que aprendí con él y de él, que sin saberlo me enseñó.
Siempre voy a estar agradecido de tener el honor de ser su amigo.

Anoche Charly murió. No falleció, murió. Porque como dice Benedetti, “murió es la palabra, murió es el derrumbe de la vida, murió viene de adentro, trae la verdadera respiración del dolor, murió es la desesperación, la nada frígida y total, el abismo sencillo, el abismo. Es la palabra”.

Charly murió, un buen tipo, y eso me pone triste.
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martes, 2 de marzo de 2010

Instrucciones para subir una escalera - Julio Cortázar

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Nadie habrá dejado de observar que con frecuencia el suelo se pliega de manera tal que una parte sube en ángulo recto con el plano del suelo, y luego la parte siguiente se coloca paralela a este plano, para dar paso a una nueva perpendicular, conducta que se repite en espiral o en línea quebrada hasta alturas sumamente variables. Agachándose y poniendo la mano izquierda en una de las partes verticales, y la derecha en la horizontal correspondiente, se está en posesión momentánea de un peldaño o escalón. Cada uno de estos peldaños, formados como se ve por dos elementos, se situó un tanto más arriba y adelante que el anterior, principio que da sentido a la escalera, ya que cualquiera otra combinación producirá formas quizá más bellas o pintorescas, pero incapaces de trasladar de una planta baja a un primer piso.
Las escaleras se suben de frente, pues hacia atrás o de costado resultan particularmente incómodas. La actitud natural consiste en mantenerse de pie, los brazos colgando sin esfuerzo, la cabeza erguida aunque no tanto que los ojos dejen de ver los peldaños inmediatamente superiores al que se pisa, y respirando lenta y regularmente. Para subir una escalera se comienza por levantar esa parte del cuerpo situada a la derecha abajo, envuelta casi siempre en cuero o gamuza, y que salvo excepciones cabe exactamente en el escalón. Puesta en el primer peldaño dicha parte, que para abreviar llamaremos pie, se recoge la parte equivalente de la izquierda (también llamada pie, pero que no ha de confundirse con el pie antes citado), y llevándola a la altura del pie, se le hace seguir hasta colocarla en el segundo peldaño, con lo cual en éste descansará el pie, y en el primero descansará el pie. (Los primeros peldaños son siempre los más difíciles, hasta adquirir la coordinación necesaria. La coincidencia de nombre entre el pie y el pie hace difícil la explicación. Cuídese especialmente de no levantar al mismo tiempo el pie y el pie).
Llegando en esta forma al segundo peldaño, basta repetir alternadamente los movimientos hasta encontrarse con el final de la escalera. Se sale de ella fácilmente, con un ligero golpe de talón que la fija en su sitio, del que no se moverá hasta el momento del descenso.


Qué lindo que es leer a Cortázar. Llena el alma leer a alguien que escribe tan bien.