martes, 29 de septiembre de 2009
Masitas
Si el mozo cree que me voy a comer las masitas que trajo con el café, está muy equivocado. Tienen una pinta…
Seguro que en las guerras usan algo similar para torturar a los enemigos capturados.
viernes, 25 de septiembre de 2009
¿Cómo te quedó? (Segunda parte)
Previamente en “¿Cómo te quedó?”:
-No Marcos, no me casaré contigo ni que fueras el último hombre sobre la faz de la tierra.
-Ni siquiera si te digo que… ¡Soy tu hermano!
-¡Marcos! Pero te creíamos… muerto.
-Eso es lo que todo el mundo pensó, pero ya vez, no estoy muerto… estoy…¡Vivo!
No es una novela con un buen guión.
En fin, el viernes pasado comentaba sobre la odisea de ir a comprar ropa en ciertos lugares, ciertas situaciones que el doctor me recomendó evitar por mi salud.
Hoy tengo en cuenta algunas frases que los vendedores (que parecen repartidores de entradas de boliches en la puerta de un colegio secundario) deben aprender para lograr el fin supremo de vender una prenda si o si.
Preste atención señora para no convertirse en víctima de estos sujetos, tome nota…
-¿Elegiste el rojo? Si, es el más lindo. Ah, ¿el azul? Si, es el más lindo.
-No lo tengo en negro, lo tengo es amarillo flúo, ¿es lo mismo?
-Si, son dos talles más grande que el que me pediste, pero se usa holgado.
-Si, son dos talles más chico que el que me pediste, pero se usa al cuerpo.
-Me mata como te queda el amarillo flúo…
Claro, sirve para no gastar tanto en electricidad. De hecho en casa no uso más luces, no compro más foquitos, pongo dos o tres buzos fosforescentes colgados del techo y ni te das cuenta. A veces sentís que estás en medio de un accidente nuclear, pero te acostumbras… cuando lees, eso si, te lloran los ojos. Pero hoy en día casi nadie lee, vio.
-Cuando lo lavás, toma un poquito
Listo, encoge cinco talles.
-¿Si es de mujer? No, es unisex.
Dice sobre una remera rosa con la cara de Madonna y escote pronunciado.
-Esta prenda tiene una rebaja del 40%
O sea que antes me estaban estafando.
-No te queda grande para nada. Mirá que esto se usa con algo de ropa abajo.
Cinco remeras, dos pulloveres y una campera de corderito. Talles especiales me dio la mina.
-Yo me llevé una igual y me salió buenísima.
mmm… Desconfiar.
-Yo me llevé la misma y me salió buenísima.
-¿Una igual a esta?
-No, la misma. Esa que te estás llevando vos… la lavé antes, eh.
-Esta que tengo puesta es “M”. ¿Así es tu novia?
-No… como decirlo y que no te ofendas… menos culon…
-¿Menos caderota?
-¡Eso!... uf, gracias, casi te digo una barbaridad y hubiera quedado muy mal.
-50% off
El otro día viene mi tía a casa y me dice “fui a comprarte un pantalón a esa casa de ropa que tanto te gusta y no tiene probador, pero terminé comprándote esto”, mientras me entrega una lata de repelente para mosquitos.
“Estaba a mitad de precio”
-Está on sale
Yo: ¿González quiso decir? No, no sé quien es González.
Vendedora: No, que es on sale.
Yo: Yo Sugar Sixx, no González. Tu vendedora.
Vendedora: ¿Sugar Sixx? ¿El del blog cultural?
Yo: El mismo
Vendedora: No puedo creer estar frente a vos, poder conocer tu rostro… dejame besarte los pies. Yo: No hace falta… dejá… ¡Soltame!
Vendedora: Con mi vieja te sintonizamos todas las noches en la 101.2
Yo: Me alegro, pero creo que estás confundida porque yo no salgo por…
Vendedora: ¡Miguel! ¡Miguel! Mirá quien está acá: ¡Sugar Sixx!
Miguel: ¡No te lo puedo creer! Te sigo desde que jugabas en Barracas Central. En la tele sos mas alto que en persona.
Yo: Bue… me alegro, pero creo que se equivocan de…
Vendedora: ¿Te puedo sacar una foto?
Yo: Mirá, preferiría que no. Los Superhéroes como yo tenemos que conservar nuestra identidad, es más, ahora a ustedes dos los voy a tener que matar.
Miguel: (Mientras tira una carcajada grotesca) Este tipo me puede, es más gracioso en persona que en el teatro… pero dele “Azúcar Seiss”, una foto nomás para ponerla en el local junto con la de Piñón Fijo a cara lavada y el Caballero Rojo sin máscara.
Yo: No flaco, déjenme en paz.
En ese momento entra una vieja al negocio que me mira y se sorprende: ¡González!
Bonus
-Liquidación total
Uno pasa por la vidriera del local y lee “liquidación total”, lo primero que piensa es que se está estrenando la última película de Stallone, lógico.
Incluso hay cola de gente esperando para sacar boletos para las funciones.
Al comienzo el dueño del local no entendía mucho, pero después se avivó y comenzó a vender entradas para la función de la noche, cuando el negocio ya estaba cerrado. El tipo te daba unos boletos de colectivo. La gente leía “línea 143” y pensaba que se trataba de la numeración de los asientos del cine.
La gente volvía por la noche y claro, se encontraba con que el lugar estaba cerrado, con las persianas bajas.
Ahí fue cuando el dueño del negocio se decidió por poner a un tipo en la puerta a la hora de la supuesta función. Un ropero gigante que te decía “No hay más lugar”, lo cual era mentira porque adentro estaba el dueño durmiendo porque la esposa lo había echado de la casa no sé porque asunto.
“Y pero yo tengo entrada” decía la gente. “No hay más lugar”, era lo único que el mastodonte aprendió a decir en 7 años de primario, pero le bastaba para hacer bien su trabajo. Y nadie se le hacía el vivo porque su aspecto imponía temor.
Finalmente el dueño del negocio cerró, eran innumerables las quejas de la gente, pero en el mismo lugar puso un cine. Lo que son las cosas de la vida, ¿no?
Pero fundió… porque la gente quería ver “Liquidación total”, y esa película no existe. Y a la gente cuando se le mete algo en la cabeza, por más que le pongas a Bruce Willis, si querían a Stallone, querían a Stallone. Con eso no se jode.
En fin… ahora es un templo evangelista como casi todo cine que cierra. El dueño del negocio se convirtió en pastor y ahora anda dando vueltas por ahí hablando en portugués.
¿Cómo te quedó? (Primera parte)
jueves, 24 de septiembre de 2009
Color en el blanco - Serigo Makaroff
Me gustaría encontrar algún día la versión de Los Tipitos que hacían hace muchos años... Me fui de tema.
Me gusta escribir una carta por día y hay veces que escribo tres son para mi, aunque mientras estoy escribiendo yo pienso en ti...
Tengo siempre repleto el buzón, la maldita propaganda
¿Cuantas pizzas me quieren traer? yo prefiero salir a buscarlas.
Cada cien cartas que mando recibo una y es de mamá
y no es que le guste escribir: es que es mi mamá
Preparo un té y elijo la música exacta para empezar, es un ritual de dibujos de tinta que pueden cruzar el mar...
(el mar y las montañas)
Mi hermano se burla de mi, me dice: -Sergio, a ver cuando escribes,
yo me río y le digo que sí, que estoy a punto de decidirme
Cada cien cartas que mando recibo una y es de mamá
la gente está tan ocupada, ¿Qué es lo que hará?
Se va a acabar lo de tantos papeles viajando de aquí para allá
en tiempos de fax, soy el penúltimo mohicano de la era postal...
el último mohicano.
Soy el loco que junta papel, vivo reciclando
octavillas del bar Sidecar, siempre estoy almacenando.
Cada cien cartas que mando recibo una y es de mamá
mis amigos no tienen tiempo, ya escribirán
Me gusta escribir, desde chico lo hago con cierta facilidad
me gusta escribir aunque no tenga nada importante para contar
(nada importante)
Cuando tengo enfrente el papel, veo color en el blanco
el bolígrafo es como un pincel, es él el que me va llevando.
Cada cien cartas que mando recibo una y es de mamá
y aquí estoy sentado esperando, en el Sidecar...
estoy esperando sentado en el Sidecar...
viernes, 18 de septiembre de 2009
¿Cómo te quedó? (Primera parte)
El hecho de ir a comprar ropa es algo que siempre me perturbó.
Uno entra a esos locales con luces de colores, pero a la vez oscuros, con esa música de fm barata al máximo, que satura los parlantes y sulfata los oídos. Falta que te cobren entrada y es un boliche de la costanera.
De la nada se te aparece un tipo con los pelos parados embadurnados en gel, remera ajustada, piercing en la ceja y mascando chicle, o una señorita que lo que tiene de pechos claramente no lo tiene de cerebro, medio tonta, que mueve constantemente la cabeza como si estuviera siguiendo el ritmo de una canción que definitivamente no es la que suena. Y también masca chicle… con la boca abierta.
Te acechan, balbucean palabras, gesticulan en demasía, aparentemente ponen caras "mirá que piola soy" , pseudo bailan mientras cuelgan una campera en una percha… algo similar al laberinto del terror del ItalPark.
Después cuando encontrás algo que más o menos te gusta, te dicen que sólo hay talles extra chico o extra grande. Entonces uno va en busca de otro producto, no con el mismo entusiasmo con el que buscó el primero, ya un poco ofuscado, preguntándose que está haciendo en un lugar como ese cuando sabemos que el día se presta para tantas cosas.
Al fin, un pantalón negro aparentemente de mi talle, más o menos me gusta. Momento de ir al probador.
Un probador bien podría ser un tipo que te vista, pero no, en este caso hablamos del cubículo, por lo general minúsculo, donde uno la suele pasar mal.
Si tiene puerta, no cierra. Si la puerta se abre para el lado de adentro, uno mas o menos logra cerrarla, se mete la pierna, una mochila que haga peso, medio con la espalda, uno se las rebusca. Pero si la puerta se abre para el lado de afuera ya es más complicado... diría que imposible. Por eso es recomendable siempre llevar a una persona de confianza que le custodie la puerta del probador.
Otra cosa, hay lugares donde las puertas son muy petisas, por así decirlo, que tapan solamente desde el cuello hasta las rodillas. Eso me incomoda. Visto desde afuera es una imagen muy triste la de las piernas desnudas con medias tres cuartos de traje.
Si el probador carece de puerta, carece de privacidad… o tiene una cortina, que es lo mismo.
Recordad: Siempre la cortina es más corta que la entrada al probador. La entrada pongámosle, tiene un metro de ancho, la cortina ochenta centímetros.
Después de intentar cubrir los dos extremos del probador, de manera infructuosa, por cierto, uno se resigna y comienza a probarse el pantalón de una buena vez, sabiendo que la gente lo anda mirando. Incluso alguno se asoma y opina. Nunca falta una señora que mete mano para ver la tela de la prenda, y le comenta a la amiga sobre la calidad y que ya no se hacen las cosas como antes y etcétera.
¿Nunca les pasó eso de estar viendo una remera, por ejemplo, y una señora que nada tiene que ver con uno, que incluso está viendo bufandas para el padre, te la saca de las manos y se la pone a inspeccionar? Y hasta te llegan a decir “¿esta es la última en este talle? Después de probártela dámela que me la llevo para el Brian… es más, yo te digo, el rojo no te queda bien a vos, ¿sabés querido? Te conviene la verde…”
Bueno, a mi tampoco me pasó. Algo parecido hace un tiempo, pero eso es otra historia.
Una vez dentro del probador, uno comienza a quitarse la ropa y descubre que no hay lugar donde colgarla. Con suerte un perchero. Bue, al piso en un rincón.
Al instante la vendedora abre la cortina de par en par al grito de “¿Cómo te quedó?” y uno que se encuentra semidesnudo, que no se había percatado de que se encontraba utilizando los calzoncillos menos felices que posee, le responde: “Mirá, de una pierna va bien, pero me falta ponerme el resto. Si me das mas tiempo, te lo voy a agradecer, ¿eh?...”
Y ahí uno se pregunta “¿estaré tardando mucho en probarme un pantalón?... ¡Pero si sólo pasaron 30 segundos desde que entré!”
Por fin con los pantalones puestos, un nuevo descubrimiento. Hay un solo espejo dentro del probador.
De adelante el pantalón va bien, pero ¿Cómo me miro atrás?
Mientras uno se encuentra estirando el cuello intentando mirarse casi con los ojos bizcos en una maniobra envidiada por cualquier contorsionista, la vendedora hace una nueva aparición triunfal, exclamando:
- ¡Pero qué bien te queda esa remera, llevátela que está brutal!
- Me estoy probando un pantalón.
- ¡Pero qué bien te queda, llevátelo que está brutal!
- ¿Te parece? –pregunta uno con un dejo de desconfianza. Lo siento un poco apretado… unos tres talles…
- Nada que ver, ese está perfecto. ¿Es un 42, no?
- No, un 38 me diste.
- Ese es tu talle, sin dudas.
Ahí uno comienza a sospechar que le están mintiendo y pide un talle 42.
- 42 no me queda más. Este es el más grande que tengo, y es el último –te responde la zorra.
Y ese momento es cuando uno se va del lugar sin haber comprado nada, de mal humor, casi humillado y sabiendo que algún día tendrá que volver porque necesita un pantalón.
Este tema continuará el próximo viernes (25-09-09)
¿Cómo te quedó? (Segunda parte)
martes, 15 de septiembre de 2009
El equipo del Colorado Liberman
¡Pero si falta un mes todavía!
No sabe Maradona de qué se va a disfrazar y este tipo vaticina un equipo faltando 30 días...
En un mes espero acordarme de ver si le pegó o no.
sábado, 12 de septiembre de 2009
Dos cosas
En Panamá se ve que es muy común que la gente ande calzada
sábado, 5 de septiembre de 2009
Servicio técnico
Al día siguiente llamo a la empresa porque los operadores no acudieron a mi domicilio.
Luego de 20 minutos de pasar por infinidad de empleados inoperantes y mucha música de espera, un humano atiende…
Empleada: … En sistema me aparece que el problema se encuentra solucionado.
Yo: Si, pero no. Los operadores tenían que venir esta mañana y no vinieron y yo sigo sin servicio.
Empleada: Pero el sistema dice otra cosa.
Yo: No sé que dirá el sistema, yo le digo que no tengo servicio.
Empleada: Yo le creo, pero el sistema es el sistema, ¿vio?
Yo: No, no vi nada, y no me interesa, discúlpeme. Le repito que sigo si el servicio.
Empleada: Acá me aparece, en sistema claro, que tiene el servicio y que funciona perfectamente. Se ve que los operadores no fueron a su domicilio porque trabajaron desde las centrales que están instaladas en los diferentes puntos de la ciudad.
Yo: Excelente, pero el temita no está solucionado. Y por otra parte, si no iban a venir, ¿Por qué carajo no avisan?
Empleada: Cuide su vocabulario, Señor
Yo: ¡Es que me sacan de quicio! ¿¡ENTIENDE!?
Empleada: bueno, tranquilo porque sino le voy a tener que cortar.
Yo: Oíme perra…
Empleada: Le transfiero la llamada a otro empleado, que tenga buen día.
Yo: Zorra…
Otra voz…
Empleado: Buenas tardes, mi nombre es Benjamin Benítez, ¿en qué lo puedo ayudar?
Yo: Mirá…le conté toda la historia a la conch… a la señorita que le pasó la llamada, pero…
Empleado: ¿Número de reclamo?
Yo: Si, a ver…(mientras saco del bolsillo un papelito arrugado donde escribí el número que la empresa te da como si fuera una cosa que sirviera para algo) …el número es…
Empleado: ¡Ta tan ta tannn! ¡Qué nervios! (suena un redoblante)
Yo: 7853.
Empleado: Déjeme ver… ya está solucionado su problema, Señor.
Yo: No, es lo que intenté decirle, no tengo el servicio y…
Empleado: Fíjese ahora.
Yo: Me estoy fijando y no, no tengo.
Empleado: Qué extraño, en sistema me aparece que si. Se ve que los operadores…
Yo: Si, que no vinieron a mi domicilio porque trabajaron desde las centrales que están instaladas en los diferentes puntos de la ciudad y los muy sátrapas no se dignaron en avisarme, ni arreglaron nada.
Empleado: Comprendo… haga lo que le digo a ver si podemos solucionarlo desde aquí.
Yo: bien…
Empleado: Desenchufe su heladera y vuelva a enchufarla en 30 segundos. Hágalo, lo espero en línea.
Yo: … listo… no pasa nada.
Empleado: Entonces haga lo mismo con el microondas.
Yo: No tengo microondas.
Empleado: Tenemos un problema entonces… está bien, probaremos con otra cosa. Encienda el televisor y sintonice el canal 32.
Yo: No pasa nada eh.
Empleado: Muy bien. Ahora abra la ventana y grite “Vamos Racing”. Lo espero.
Yo: ¡Vamos Racing!… no flaco, sigo sin servicio.
Empleado: ¿Lo gritó fuerte? Mire que si no suena convincente no da resultado.
Yo: Grité como si estuviera en el medio de la Guardia Imperial y nada.
Empleado: Entonces le mando a los operadores. Van a estar llegando a su casa dentro de las próximas 96 horas. Asegúrese de estar en su domicilio.
Yo: ¿Me estás cargando? Yo trabajo.
Empleado: Y hay que estar agradecido, con estos tiempos que corren tener trabajo es un privilegio.
Yo: Lo que te pido es que me especifiques un poco el horario en que esta gente va a pasar.
Empleado: Jueves entre las dos y las cinco de la mañana… es lo único que tengo. Los doctores están muy ocupados, vio con todo este tema del calentamiento global…
Yo: ¿Nada en otro horario?
Empleado: Y… recién para dentro de cinco meses… y a última hora.
Yo: Deje, el jueves nomás.
Empleado: Lo dejo asentado en el sistema entonces. Por cualquier imprevisto, cosa que no creo que ocurra, su número de reclamo es el 22032.
El viernes…
Yo: ¡Toda la noche en vela me pasé esperando a los operadores que no vinieron!
Empleada: ¿Número de reclamo?
Yo: 22032
Empleada: ¡Bingo!
Yo: Bravo.
Empleada: Fernando.
Yo: ¿Fernando?
Empleada: Bravo.
Yo: Que ocurrente, señorita.
Empleado: ¿Vio? Bueno, que tenga un buen día señor.
Yo: No, espere, tengo un reclamo.
Empleada: Cierto… a ver… 22032… ya está todo en orden, su servicio funciona de manera óptima.
Yo: Otra vez… supongo que el sistema le dirá eso, pero el servicio no está… además los operadores no vinieron a mi casa a la hora que me dijeron que iban a venir.
Empleado: Claro, acá lo tengo. A usted se le asignó el operador Aristóbulo Manfredi… el Doctor Aristóbulo Manfredi, en adelante “el operador”, tuvo una operación de urgencia y tuvo que salir corriendo al hospital… se ve que uno de sus pacientes…
Yo: Podrían haberme avisado así no me pasaba la noche en vela como un pelotudo, ¿no le parece señorita?
Empleada: La salud es lo primero, el doctor Manfredi salvó una vida ¡¿y usted se queja por una simple noche en vela?! ¡Qué buen tipo debe ser usted, eh!
Yo: Me alegra por la persona salvada, lo que yo digo es que desde la empresa podrian avisar para que yo no me quede esperando a alguien que no vendrá.
Empleada: No es nuestra política la de avisar al cliente si no haremos nuestro trabajo correctamente, Está explicado todo en nuestra página web en la sección “Maltrato a los clientes”… ¿Quiere dejar asentado un reclamo o para que llamó?
Yo: Ya tengo dos reclamos, el 1853 y el 22032. No entiendo porque es necesario otro reclamo más.
Empleada: Le explico, los reclamos se cancelan unos a otros. Un reclamo cancela al anterior y a la vez el anterior al posterior… es un sistema que no nos da mucho resultado… es chino. ¿Le doy un nuevo número de reclamo entonces así cuando vuelva a llamar nos burlamos de usted? Dele, diga que si.
Yo: Y bue, que le vamos a hacer…
Empleada: El número es el 15…6398… no, espere ese es el de mi celular… ahora si, anote: 6301-5x93qt108. Los operadores irán el lunes al mediodía; asegúrese si no va a estar de dejar la puerta abierta y algo de comida preparada en un tupper, ¿bien?
Unos días después…
Yo: … Y por último, el número de reclamo es el 6301-5x93qt108
Empleado: Bien, usted me dice que los operadores no fueron a su domicilio… ¡Momento! En sistema aparece que si.
Yo: Mire, el lunes me quedé clavado todo el día en mi casa para asegurarme y créame, nadie vino.
Empleado: ¿Acaso usted no trabaja que se quedó todo el día en su casa?
Yo: ¡A vos que te importa infeliz! Decime porqué carajo no me arreglan el servicio o ya mismo me estoy dando de baja y me cambio de empresa.
Empleado: Haga como quiera, total somos la única empresa abocada a este tema en toda la región.
Yo: ¡Me mudo de ciudad, de país de ser necesario, pero decime porqué no me dan pelota!
Empleado: Su dirección es Olazábal y Ávalos, señor Garmendia?
Yo: No, es Ávalos y Olazábal. Y mi apellido es Fonseca.
Empleado: Entonces entramos a roba al domicilio equivocado. Quédese tranquilo que esta misma noche vamos, señor Iturralde.
Yo: Báez.
Empleado: Ibáñez… tenga la precaución de hacerse el dormido que a eso de la una o dos de la mañana los operadores ingresaran a su domicilio por la ventana. Y asegúrese de mañana al levantarse fingir algo de sorpresa, ¿vio? Su número de reclamo es el 2321 de la lotería provincial. Qué tenga suerte, sorteamos dos millones de dólares.
Al otro día…
Yo: Si señorita, estoy indignado. Anoche vinieron los operadores a mi casa y no se robaron nada, excepto el número de reclamo. ¿A usted le parece señorita? Justo lo que no tenían que tocar… y encima sigo sin servicio.
Empleada: Nos va a tener que disculpar señor, pero no lo podremos ayudar esta vez. Nuestros operadores han ganado en la lotería provincial como dos millones de dólares y renunciaron. Hay gente con suerte, que le vamos a hacer. Así que hasta que no contratemos nuevos empleados no podemos hacer nada, pero le dejo un numero de reclamo y en dos semana llama, pide por mi y vemos si arreglamos para ir a cenar, ¿le parece?
miércoles, 2 de septiembre de 2009
Ex cliente II
Anduve con algunos problemas de tiempo... Esta vez nada de extraterrestres o cosas extrañas. Simplemente carezco de tiempo... pero el viernes vuelvo con todo (eso me suena que alguna vez lo dije y no cumplí).
Esta gente sabe tomar a uno de gilastrún...
El viernes vuelvo... o el sábado...