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Todos sabemos que no hay nada más maravilloso que tener un hijo, pero como toda mascota, requiere de ciertos cuidados y responsabilidades como darles de comer dos veces al día, bañarlos cada tanto y sacarlos a pasear para que la sociedad no crea que somos malos padres.
Hoy por hoy (hoy al cuadrado) parece mentira, pero hay gente que no opina igual. Lo veo todos los días cuando camino por la calle.
Estas últimas semanas me tocó ver y vivir las diferentes escenas y momentos que a continuación comento de forma más o menos novelada.
Situación A:
El niño que camina de la mano de la madre se empaca y comienza a llorar sin motivo aparente alguno.
-Movete desgraciado –le dice la madre, pero el pibe nada.
Llora más y grita a tal punto que la gente se da vuelta a mirar con cara de “pobrecito, está sufriendo, hay que sacrificarlo”.
La madre, alterada por cierto, lo intenta persuadir de seguir camino diciéndole:
- Mirá a ese señor –señalándole a un punto que pasa por ahí –. Al señor no le gusta lo que le estás haciendo a mamá.
A lo que el señor se acerca y le dice a la madre:
- Señora, a mi no me meta por favor –y se va mientras enciende un cigarrillo.
Situación B:
El niño empacado como en la situación A. Pasa un policía y la madre le dice al hijo:
- Mirá que si te seguís portando mal, viene el señor policía y te lleva.
Si el pibe es más o menos piola y lee los diarios le responderá:
- Que me lleve, total soy menor de edad y me van a tener que largar.
Situación C:
Misma situación. La madre que lanza la nefasta frase:
- ¡Mirá que te dejo eh!... Chau, mamá se va y te quedas solo.
AAAAAHHHHH, ¡Como las odio! Estas madres son las peores. Amenazan como muestra de su inoperancia, juegan con el miedo del niño corriendo el riesgo de que el día de mañana éste crezca y se convierta en un fóbico a la soledad. ¿Todo por qué? Porque la madre lo amenazó con algo que nunca iba a llevar a cabo.
Situación D:
Estas mismas madres de la situación C, son las que van apuradas por la calle, olvidando que llevan a su hijo volando como si fuera un barrilete.
Como es lógico para un niño menor a los 4 años, a los que la firmeza de un paso no les es algo familiar, tropieza y cae al suelo.
¿Qué hace la madre?
¡Adivinó! Claro, lo zamarrea y le propina un chirlo. Encima lo reta:
-Saliste tarado, igualito a tu padre –supongo que le dirá.
Señora, si va a tener un niño, no descargue en él toda su furia, al fin y al cabo son seres humanos también y pueden llegar a tener sentimientos.
Situación E:
El niño le pide a su amorosa madre hacer pis.
-¿Ahora? –pregunta la madre –. ¿Por qué no hiciste cuando salimos de casa?
- Salimos hace tres horas, mamá.
Situación F:
Por último algo que ocurre cuando un niño atiende el teléfono, o mejor dicho, cuando los padres le permiten atender el teléfono… o mejor, cuando los padres no prohíben, como debieran, al niño atender el teléfono.
Niño: Hoda
Uno: Hola nene, pasame con tu papá.
Niño: Zoy Matín.
Uno: Si, ya sé Martín. Soy Jorge, pasame con tu papá.
Niño: Papá ´ta viendo tele, ¿Qué quedé que le diga?
Uno: Pasale el teléfono, soy Jorge decile.
Niño: Zoy Matín.
Uno: Estoy apurado nene, dale…
Niño: Papá ze fue…
Uno: Pero la put...
¿Por que comento esto? Para terminar con ciertas injusticias que se llevan a cabo cuando las personas tienen hijos.
Yo sé que nadie nace siendo padre, pero sí con capacidad de razonar.
Un consejo de alguien que no tiene hijos: tener siempre en cuenta que lo importante es darle al niño mucho amor, que sea feliz, que nos haga feliz y mantener siempre limpia su jaulita.
Bonus:
La madre se encuentra con una amiga por la calle.
-Ana María, tanto tiempo.
- Esther, ¿Como te va? ¡No me digas que ese es tu hijo! –sorprendida.
- Si, ¿no es divino? –exclama, mientras mira a su hijo.
- Si obviamos el moco que le cuelga, si, es lindo… bah, normal, todos más o menos se parecen.
- No, pero Martín es re-inteligente. Ya sabe contar en inglés hasta diez. –Se dirige a su hijo y le dice –Martín, mostrale a la amiga de mamá como contás hasta diez en inglés.
El hijo bufa y se niega.
-Vamos Martín, si a vos te gusta hacer quedar bien a mamá.
-¡No! –grita el chico.
- Martín, si no haces quedar bien a mamá, le digo al Señor policía que te lleve y pasás la noche en un calabozo mugriento entre ladrones, travestis y borrachos meados.
El niño accede a contar.
- Uan, tu, tree, for, faiv, six (sugar), seven, eit, nain, ten. –termina y se cruza de brazos.
- Pero que chico más inteligente que es tu hijo, Esther. –festejándole un poco –. ¿Cuántos añitos tiene ya?
-Catorce, va para quince.
Hoy por hoy (hoy al cuadrado) parece mentira, pero hay gente que no opina igual. Lo veo todos los días cuando camino por la calle.
Estas últimas semanas me tocó ver y vivir las diferentes escenas y momentos que a continuación comento de forma más o menos novelada.
Situación A:
El niño que camina de la mano de la madre se empaca y comienza a llorar sin motivo aparente alguno.
-Movete desgraciado –le dice la madre, pero el pibe nada.
Llora más y grita a tal punto que la gente se da vuelta a mirar con cara de “pobrecito, está sufriendo, hay que sacrificarlo”.
La madre, alterada por cierto, lo intenta persuadir de seguir camino diciéndole:
- Mirá a ese señor –señalándole a un punto que pasa por ahí –. Al señor no le gusta lo que le estás haciendo a mamá.
A lo que el señor se acerca y le dice a la madre:
- Señora, a mi no me meta por favor –y se va mientras enciende un cigarrillo.
Situación B:
El niño empacado como en la situación A. Pasa un policía y la madre le dice al hijo:
- Mirá que si te seguís portando mal, viene el señor policía y te lleva.
Si el pibe es más o menos piola y lee los diarios le responderá:
- Que me lleve, total soy menor de edad y me van a tener que largar.
Situación C:
Misma situación. La madre que lanza la nefasta frase:
- ¡Mirá que te dejo eh!... Chau, mamá se va y te quedas solo.
AAAAAHHHHH, ¡Como las odio! Estas madres son las peores. Amenazan como muestra de su inoperancia, juegan con el miedo del niño corriendo el riesgo de que el día de mañana éste crezca y se convierta en un fóbico a la soledad. ¿Todo por qué? Porque la madre lo amenazó con algo que nunca iba a llevar a cabo.
Situación D:
Estas mismas madres de la situación C, son las que van apuradas por la calle, olvidando que llevan a su hijo volando como si fuera un barrilete.
Como es lógico para un niño menor a los 4 años, a los que la firmeza de un paso no les es algo familiar, tropieza y cae al suelo.
¿Qué hace la madre?
¡Adivinó! Claro, lo zamarrea y le propina un chirlo. Encima lo reta:
-Saliste tarado, igualito a tu padre –supongo que le dirá.
Señora, si va a tener un niño, no descargue en él toda su furia, al fin y al cabo son seres humanos también y pueden llegar a tener sentimientos.
Situación E:
El niño le pide a su amorosa madre hacer pis.
-¿Ahora? –pregunta la madre –. ¿Por qué no hiciste cuando salimos de casa?
- Salimos hace tres horas, mamá.
Situación F:
Por último algo que ocurre cuando un niño atiende el teléfono, o mejor dicho, cuando los padres le permiten atender el teléfono… o mejor, cuando los padres no prohíben, como debieran, al niño atender el teléfono.
Niño: Hoda
Uno: Hola nene, pasame con tu papá.
Niño: Zoy Matín.
Uno: Si, ya sé Martín. Soy Jorge, pasame con tu papá.
Niño: Papá ´ta viendo tele, ¿Qué quedé que le diga?
Uno: Pasale el teléfono, soy Jorge decile.
Niño: Zoy Matín.
Uno: Estoy apurado nene, dale…
Niño: Papá ze fue…
Uno: Pero la put...
¿Por que comento esto? Para terminar con ciertas injusticias que se llevan a cabo cuando las personas tienen hijos.
Yo sé que nadie nace siendo padre, pero sí con capacidad de razonar.
Un consejo de alguien que no tiene hijos: tener siempre en cuenta que lo importante es darle al niño mucho amor, que sea feliz, que nos haga feliz y mantener siempre limpia su jaulita.
Bonus:
La madre se encuentra con una amiga por la calle.
-Ana María, tanto tiempo.
- Esther, ¿Como te va? ¡No me digas que ese es tu hijo! –sorprendida.
- Si, ¿no es divino? –exclama, mientras mira a su hijo.
- Si obviamos el moco que le cuelga, si, es lindo… bah, normal, todos más o menos se parecen.
- No, pero Martín es re-inteligente. Ya sabe contar en inglés hasta diez. –Se dirige a su hijo y le dice –Martín, mostrale a la amiga de mamá como contás hasta diez en inglés.
El hijo bufa y se niega.
-Vamos Martín, si a vos te gusta hacer quedar bien a mamá.
-¡No! –grita el chico.
- Martín, si no haces quedar bien a mamá, le digo al Señor policía que te lleve y pasás la noche en un calabozo mugriento entre ladrones, travestis y borrachos meados.
El niño accede a contar.
- Uan, tu, tree, for, faiv, six (sugar), seven, eit, nain, ten. –termina y se cruza de brazos.
- Pero que chico más inteligente que es tu hijo, Esther. –festejándole un poco –. ¿Cuántos añitos tiene ya?
-Catorce, va para quince.