martes, 25 de agosto de 2009

Perkins

Ayer hubiera cumplido años Olmedo... me acordaba del mayordomo que hacía, por eso les dejo este video


viernes, 21 de agosto de 2009

Oxímoron

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La maestra de quinto grado me había preguntado por un ejemplo de oxímoron aquella vez. Si le hubiera llevado una lata de arvejas secas remojadas, tal vez me ponía un diez.


sábado, 15 de agosto de 2009

Videos sorprendentes


Saint Louis, Missouri

El motociclista, Andy Marsons se prepara para dar el gran salto de su carrera en el Superdomo del condado ante unas 20.000 personas.
Marsons es campeón de motocross de los juegos interestatales californianos extremos en dos ruedos, por ende, el mejor del mundo.
Hasta el día de hoy ha realizado peligrosos saltos, pero ninguno como el que se dispone a llevar a cabo esta noche.
Andy, montado en su motocicleta, recorrerá la pista de unos 200 metros a 300 millas por hora para poder tomar la rampa de 50 metros de alto y así poder dar dos vueltas mortales: una para adelante y otra para atrás. Luego intentará aterrizar en el montículo de tierra minado con miles de kilos de pólvora, que se encuentra al otro lado del recorrido y saldrá con vida. Todo esto mientras intenta encender un cigarrillo.

“Siempre quise realizar una estupidez como esta, desde que era un niño así de pequeño. Quería demostrar mi poder, que soy el mejor”

El intrépido motociclista se prepara, sabe que miles de personas lo miran desde la tribuna y muchas miles más por televisión desde sus hogares.
Su novia lo besa y llora. Andy mira a su alrededor, se coloca el casco, enciende la moto y… acelera.
El primer tramo del recorrido lo lleva a cabo a la perfección, pero al subir la rampa, al tomar la elevación, los nervios lo traicionan y explota en el aire con moto y todo.

“Cuando la moto explotó me dije: `Andy, tu puedes´ y no recuerdo nada más.”

Marsons aparentemente realizó una mala maniobra al querer sacar los cerillos de su bolsillo para encender el cigarro, y cuando por fin lo pudo hacer, por una pérdida en el tanque de nafta, la motocicleta explotó.

“Apenas aceleré supe que algo malo ocurría con mi moto. Me puse nervioso, intenté frenar, pero al contrario, aceleré aún más. Entonces saqué la caja de cerillos con una mano, con la otra los cigarros y con otra sostenía el manubrio para no cometer errores… todo salió mal y ¡Pum! Ya saben…”

En el momento de la explosión, Andy vuela por los aires envuelto en llamas y cae sobre el montículo minado que no duda en generar una catástrofe.
Más explosiones y Andy víctima de todas ellas.

“No recuerdo nada, sólo que hacía mucho calor y que en un momento me dije: `Oh Andy, mañana deberá llevar la moto al taller´, y volví a quedar inconsciente.”

El público no puede creer lo que está viviendo. Tal vez se encuentren presenciando el final del gran Andy Marsons.
Cuando las explosiones cesan, los socorristas dispersan las llamas y los médicos acuden a ayudar al astro.
Marsons no reacciona. Los médicos realizan tareas de reanimación, pero parecen no tener éxito.
Se viven momentos dramáticos.
De repente, cuando todos creían que la función había terminado de la forma más trágica, el valeroso motociclista levanta el pulgar derecho… ¡Y ESTÁ VIVO!
El público presente no lo puede creer. Todos aplauden de pie, unos lloran, otros se abrazan. Uno que fue a comprar una hamburguesa pregunta que pasó.
Todo es emoción.
La ambulancia se lleva al motociclista herido para que pueda recuperarse.

Andy Marsons afortunadamente sólo se fisuró un dedo del pie y dos semanas después lo vemos practicando para poder dar el salto nuevamente y esta vez afirma que no fallará.

“La próxima vez intentaré no cometer errores… ahora sé que el cigarrillo me puede matar, por eso la próxima vez, en lugar de encender uno, voy a hacer malabares con cuchillos mientras hago el salto”


Cleveland, Ohio.

El deportista australiano Landon Morrison está dispuesto a saltar desde la terraza de un hotel de 120 pisos sin paracaídas. Intentará caer en la piscina que contiene pirañas asesinas del amazonas, traídas exclusivamente para esta ocasión, anguilas eléctricas carnívoras, una anaconda y tres turistas japoneses que sacan fotos mientras son devorados por las peligrosas alimañas.
Landon aparece en lo más alto del edificio, ultima detalles con sus asistentes y saluda al público que lo mira atónito.

“Oh, no lo puedo creer… ese tipo está loco…”
“No creo que lo haga, es muy alto.”
“No entiendo como no tiene vértigo.”
“Es un pelotudo.”


Landon cierra sus ojos y salta,
Aparentemente es un comienzo perfecto, pero a la altura del quinto piso se lleva puesta a una vieja que se asoma por la ventana para sacudir las migas del mantel.
El público queda perplejo.

“Oh, no puedo ver.”
“Oh, esto es terrible.”
“Es un pelotudo”


Afortunadamente la anciana se aferra a Landon y ambos caen a la piscina.
La señora logra escapar rápidamente al grito de “me violan, me violan”, pero Landon se convierte en alimento para las pirañas que le comen la cabeza. Las anguilas lo electrocutan, la anaconda lo tritura y los japoneses le sonríen mientras le gritan “foto, foto”.
Se viven momentos de tensión. Morrison se sumerge en las ensangrentadas aguas de la piscina. Se piensa que esta fue su última experiencia como desafiante del peligro.
El equipo de rescatistas corre a salvarlo, pero se ahogan. Mejor hubiera sido que nadaran a salvarlo en lugar de correr.
El conserje del hotel y un botones se arrojan al agua y en una maniobra digna del aplauso, logran sacar los pedazos que quedan del temerario… ¡Y ESTÁ VIVO!
Los paramédicos lo barren, lo meten en una bolsa de consorcio y lo llevan al hospital estatal.
El público está asombrado.

“Esto es… es… no tengo palabras para describirlo.”
“Es emocionante lo que vivimos.”
“Morrison es lo máximo, nunca vi nada igual.”
“Es un pelotudo.”

Dos meses después, Landon se encuentra en su casa de Orlando totalmente recuperado y nos dice:

“No se qué se me cruzó por la cabeza cuando decidí hacer ese salto… vi toda mi vida en un segundo… si tuviera la oportunidad, lo haría otra vez… jejeje, que piola soy…”


Buenos Aires, Argentina.
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El famoso temerario americano*, Scott Jackson, recordado por nadar desnudo en las costas de Islandia y cazar leones con un Tramontina, se dispone a realizar una de sus hazañas mas importantes.
Scott tiene pensado nadar en el contaminado Riachuelo, en el barrio de La Boca.

"Es algo que quise hacer siempre. Me estoy preparando porque mi próximo paso es nadar en el Ganges. Creo que puede ser una gran experiencia, una forma de hacer algo por el universo, de decirle a la gente `oye, no arrojes tu malteada al mar, estás contaminando´”.

El noble Scott ama al planeta y a todo lo que hay en él. Por eso, el nuevo ídolo de la juventud se dispone a saltar al río para darle al mundo una lección. Una veintena de turistas y admiradores no pueden creer lo que sus ojos ven.

"Oh, no puedo creer lo que mis ojos ven".

Un delincuente registra todo con una cámara que acabó de robar en Caminito a un turista holandés.
Jackson saluda a los curiosos que poco a poco se van acercando preguntándose que es lo que ese sujeto hará.

"Me pregunto qué es lo que ese sujeto hará".

Saluda a su público, da un breve discurso, se abraza con sus colaboradores y… salta.
Scott tiene previsto nadar diez kilómetros sin parar en las oscuras aguas del contaminado río, sin protección alguna, sin traje de neopreno, sin salvavidas.
Al comienzo todo va bien, pero… ¡Oh no!, ¿Qué diablos es eso? El público entra en pánico.

"Oh, entré en pánico, entré en pánico".

Una enorme sombra se llega a divisar desde la orilla. Scott parece no darse cuenta, ya que está haciendo la plancha.
Es un tiburón, un enorme tiburón nadando las costas de la ciudad porteña.
La pregunta es: ¿Qué hace un tiburón en un río donde la fauna es inexistente a causa de la alta contaminación?
El público le grita a Scott que hay un tiburón acechándolo, pero éste no escucha e incluso saluda, pensando que la gente lo está reconociendo.
El público está asustado.

"Oh, estoy asustado".

El público se encuentra anonadado por lo que ve.

"Oh, me encuentro anonadado por lo que veo."

El público está pasmado.

"Oh, estoy paspado."

Pasmado.

"Pasmado."

El público se siente como una frágil mariposa que acaba de nacer y que se encuentra ante un mundo inmenso y hostil.

"Oh, me siento como…estoy pasmado."

De golpe, Scott desaparece. Su cuerpo se hunde y no se lo vuelve a ver. La corriente del agua se traga al hombre, y tal vez más tarde el tiburón haga lo mismo.
Tres rescatistas se arrojan al río para ayudarlo. Uno de ellos se corta con un hierro oxidado y debe ser llevado al hospital Argerich.
Los dos rescatistas restantes nadan las negras aguas. Por momentos se alcanza a ver a Scott pero rápidamente se vuelve a sumergir.
Por fin logran alcanzar a Scott. Uno lo toma del cuello. Scott grita:

"Soltame que me estás estrangulando, boludo."

Y queda inconciente. Scott había aprendido muy rápido la jerga de los nativos, pues se encontraba viviendo en la región hacía unos cuantos meses.
Parecía que todo iba a acabar bien, pero todavía faltaba lo peor.
El tiburón reaparece y rodea a los tres sujetos que se encuentran en el agua.
Se viven momentos de gran dramatismo.
De repente, un monstruo gigante emerge de las asquerosas aguas del río… ¡Es Godzilla! Los turistas sacan fotos, nadie entiende nada.

"This is amazing. Oh my God."
"No way."
"Is impossible."
"Impossible is nothing."


Godzilla toma con una de sus garras al tiburón y se lo come. Inmediatamente después toma la ciudad en busca de un lugar donde poder reproducirse, poner los huevos y criar a sus crías. Se dirige al estadio del equipo de fútbol soccer San Lorenzo de Almagro, pero en las inmediaciones de la cancha los vecinos de la zona logran detenerlo a los tiros y es el fin para Godzilla.
Los dos rescatistas logran nadar hasta la orilla con Scott, que no respira.
La policía despeja el área para que los paramédicos puedan comenzar con las tareas de reanimación.
Pero Scott sigue sin responder. Parece que ya no hay nada por hacer.
Cuando la policía local se dispone a envolver a Scott en una frazada y tirarlo al río, éste da una señal de vida.

"Miren, parece que respira."
"Oh, Parece reaccionar."
"Es un pelotudo."


Scott comienza a respirar y nos tranquiliza a todos... ¡ESTÁ VIVO!
Luego de unos minutos se levanta y saluda al público.

"Cuando reaccioné, no sabía donde estaba. Fue todo muy raro, porque sentía que en el agua alucinaba… primero un tiburón, luego Godzilla, fue todo muy raro… ¿qué?... ¿lo qué? ¿Había un tiburón al lado mío y no me di cuenta?... ¿Qué Godzilla que?... ¿Eh?"

Afortunadamente Scott salió con vida y hoy, apenas unos meses después, se encuentra preparándose para su nueva hazaña: ¡ir a la cancha de San Lorenzo!

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No intenten hacer esto en sus casas. Todo fue realizado por idiotas profesionales.



* Aclaro que me molesta mucho aquellos que se refieren a los estadounidenses como americanos. Claro, lo son, pero también lo son los brasileros, canadienses, uruguayos...

viernes, 14 de agosto de 2009

Mensaje de Carlos Balá

Hola, soy Carlos Balá.

Sugar me pidió que les avisara que está un poco retrasado. Parece que se complicó una operación a corazón abierto que estaba realizando y le va a demandar un poco más de tiempo, pero apenas encuentre el corazón del paciente que perdió, lo sacude, lo coloca donde corresponde, come algo, duerme, etcétera y postea lo que tenía pensado.

Saludos para todos y ea ea ea pe pé… sumbudrule... Zazaza zazaza... gestito de idea... Angueto, quedate quieto...


martes, 11 de agosto de 2009

Olvidé que tenía un blog

El viernes a la noche después del último posteo, salgo a la calle a fumar un pucho y se me aparecen dos extraterrestres que me dicen “e´ amigo... fkjdkfjd... birra... kkkkk... vieja...dlfdsdffss” mientras hacían gestos.
-Yo no entender. Bienvenidos a La Tierra. Paz. -les respondo de manera amigable.
Y me molieron a piñas y me dejaron tirado en una zanja inconciente.
Desperté al otro día sin recordar donde vivo, que hago… quien soy. Encima se llevaron mi billetera.
Recién hoy recordé todo, incluso que tengo un blog… Así es que el viernes vuelvo con todo... bah, con todo, bue, bue...